21.4.11

El redescubrimiento de lo cotidiano

Así fuera cada día, me levantaría y viera a mi lado una persona que no reconozco. Me cuesta reconocer el nuevo descubrimiento de ayer. Le daría más vueltas al asunto, evadiendo una realidad que quiere ser lo que pide. Lastimosamente es verdad. Dicen más voces que volumen, la verdad no es única. Si hubiera una verdad estuviera hecha trozos en pequeñas virtudes. No lo entendería de otra forma. Al amor le hace falta realidad. La realidad está subexistiendo en fases de aceptación y entendimiento. Pudiera entender tus propósitos, empero no me hacen sentido. Pudiera dejarte dejarme dejarnos, pero no soy yo quién lo quiere. Para querer me imagino que necesito el deseo de querer, emocionado hasta el cansancio. De que otra forma lo entendería? Como la realidad tiene sus fases tristes, tiene la tristeza, dueña de toda lágrima, también todas sus fases de lamentaciones, melancolías, recuerdos, impotencias, desalmamiento, sumisiones a la felicidad empírica, felicidad natural, incontrolable y molesta por sus obsesiones de no estar, por lo menos no estar así. Así fuera cada día si aceptara el final de mi realidad. El eterno silencio de todas mis vibraciones se implantaría sobre mí como la sabana, inquieta mientras sueño.

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