Cuando no tienes palabras que decir
y no puedes siquiera susurrar, ya de nada vale
y el viento pega fuerte haciendo sonar las puertas al cerrar y ni siquiera te importa
y tu mente pretende despejarse y se aferra a las mil y unas ideas y preguntas
y se pierde el hilo y solo te recuestas a ver pasar
y parece nublarse el día y solo una canción nos salvaría del torrencial
y se repite el mismo intento y se descubre diferentes mismos resultados
y pasa de largo la suerte y ni siquiera pretende sonreir, No vaya a ser que se crea!
y faltan mayúsculas y puntos y comas y alientos de espuma
y viene y va el desaliento, como brisa del recuerdo, sale y entra y seguirá
y se invierte en lo detenido, preso de su propio tiempo
y apagarse no puede y ceder lo intenta seguido el sentido
y no quiero mirar y si mirar quisiera no debo
y mejor no sigo, pero mejor si puedo
y quiza me paro, empero no puedo
y mejor te digo, pero mejor no hablo
y quiza me callo, empero lo escribo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario